martes, 31 de marzo de 2009

CANCER DE VESICULA BILIAR

INTRODUCCION:
La vesícula biliar es un bolsa membranosa que se aplica a la cara interna del hígado a la fosa cistica, es alargada mide de 8 a 10cm de longitud por 3 a 4cm de anchura, hay que distinguir en ella el fondo un cuerpo y un cuello. El conducto cistico parte de la vesícula biliar mide 3cm y se une al conducto hepato-colédoco.
La función de la vesícula biliar es de almacenamiento de la bilis la misma que será liberada posteriormente.
El cáncer que surge en las vías biliares extrahepáticas es una enfermedad poco común, curable por cirugía en menos del 10% de los casos. El pronóstico depende en parte de la ubicación anatómica del tumor, lo cual afecta la posibilidad de ser resecado. La resección total es posible en 25% a 30% de las lesiones que se originan en la vía biliar distal, una tasa de posibilidad de resección claramente mejor que la de lesiones que ocurren en sitios más proximales.
En la mayoría de los pacientes, el tumor no puede ser extraído totalmente mediante cirugía y es incurable. Las resecciones paliativas u otras medidas paliativas tales como la radioterapia (por ejemplo, braquiterapia o radioterapia de haz externo) o procedimientos de desvío pueden mantener un drenaje biliar adecuado y permitir una mejor supervivencia. Muchos cánceres de las vías biliares son multifocales. La invasión perineural tiene un impacto negativo en la supervivencia.
INCIDENCIA:
Supone alrededor del 2% de todos los carcinomas. Es el más frecuente de los tumores biliares, seguido del de la confluencia hiliar. Dado que la localización inicial más frecuente del tumor es en el fondo y cuerpo de la vesícula, su diagnóstico es muy tardío, cuando la enfermedad está en fases avanzadas y su pronóstico es infausto.
La tasa de incidencia mayor esta en los mexicanos americanos, y las tasas de mortalidad en América del sur, entre estos tenemos que en América del Sur Ecuador y Perú son los países con mas altos índices de mortalidad pero aun no se a demostrado tal aprobación por falta de recursos de investigación en estos países.
El cáncer vesicular ocupa el primer lugar como causa de muerte por cáncer en mujeres y el segundo o tercero en hombres. La relación hombre: mujer es de 1:3 aproximadamente.
En 2005, se estima que en los Estados Unidos a aproximadamente 6.950 personas (2.960 hombres y 3.990 mujeres) se les diagnosticará cáncer de vesícula biliar y se producirán unas 3.540 muertes (1.290 hombres y 2.250 mujeres).
El cáncer de vesícula biliar afecta entre dos y seis veces con más frecuencia a las mujeres que a los hombres.
Una observación es que en Chile la incidencia es alta sobre todo en las mujeres indígenas y con una proporción del 10 – 1 con relación a los hombres. Además en Chile es muy alta la incidencia ya que mueren 1700 personas al año, en este país la tasa de mortalidad llega a 12.5 por 100.000. Lo mismo ocurre también en la Argentina. La tasa de mortalidad anual para el cáncer de vesícula y vías biliares en la provincia de Salta (Argentina) fue 6,7 (por 100.000 habitantes), siendo la tercera causa de muerte por cáncer en mujeres en la provincia. La tasa de mortalidad anual en la República Argentina fue 3,7 para el período 1989-1992, siendo la novena causa de muerte por cáncer en mujeres.
En EEUU existe una incidencia del 2.3 por 100.000 habitantes del tumor.
Se considera como el 5to lugar de los canceres gastro-intestinales.
El cáncer de vesícula se diagnostica con más frecuencia después de los 70 años y es muy agresivo.
Es imposible informar a una persona de cuánto tiempo vivirá con cáncer de vesícula. Debido a que las estadísticas de sobrevida se miden en intervalos de cinco años (o a menudo de un año), pueden no representar los avances que se hacen en el tratamiento o diagnóstico de este tipo de cáncer.
Lo difícil de este cáncer es que casi no da síntomas y la mayoría de estos tumores se los diagnostica de una manera tardía por no decir que no se los puede diagnosticar, un comentario que dio el Dr. Moreno en la clase es que estos tumores se los diagnostica durante la intervención quirúrgica de una colecistectomia-laparoscopia (colelap), ya cuando el tumor esta completamente disperso solo se saca biopsias y se cierra la intervención con el justo riesgo que se tiene por esto, de siembras tumorales en los trocares.
En relación a la raza, dentro de algunas poblaciones se han encontrado amplias variaciones. Así, en EE.UU. la incidencia entre blancos es muy superior a la presentada entre los negros.
La supervivencia global a 5 años en las series más numerosas está por debajo del 5%, y la mediana de supervivencia es de menos de 6 meses
FACTORES DE RIESGO:
Litiasis biliar: Los cálculos biliares, y existe un riesgo del 7-9% de desarrollar cáncer de vesícula biliar las litiasis biliares, el factor de riesgo más común de cáncer de vesícula, son formaciones de colesterol y sales biliares semejantes a piedras Si bien existe una asociación claramente establecida entre carcinoma de vesícula y colelitiasis, no está demostrado el papel causal de los cálculos en la formación del carcinoma. Se han encontrado cálculos en el 70-95% de los casos de cáncer de vesícula, lo que supone un predominio mucho mayor que en la población general con edad equivalente.
El mecanismo mediante el cual los cálculos pueden llegar a inducir la formación de un cáncer se ha tratado de explicar a través de: la irritación mecánica por el traumatismo sobre mucosa con inflamación crónica, que llevan a cambios displásicos y al carcinoma.
La vesícula de porcelana: (calcificación de la pared vesicular), se considera un factor de riesgo.
Carcinógenos: No se han identificado carcinógenos vesiculares en humanos, pero diversos experimentos en animales sugieren la asociación de cálculos y carcinógenos en la producción del cáncer. Sustancias como la diametilnitrosamina junto a cálculos de colesterol favorecen la aparición de tumores, por lo que es posible que, dañando la mucosa vesicular (cálculos), haga que el carcinógeno pueda actuar sobre el epitelio. Otros autores sugieren que la presencia de estasis e infección pueden favorecer la transformación de los ácidos biliares en sustancias más activas, por ejemplo en metilcolantreno, que produce cáncer de vesícula en animales. Por fin, otros trabajos informan sobre la inducción de cánceres de vesícula en algunos animales alimentados con aminozotolueno.
Pólipos biliares: Al menos si estos son mayores a 1cm deben ser extirpados. El pólipo, un crecimiento a menudo formado por cálculos biliares pequeños enquistados en la pared de la vesícula, sobresale de la pared interior de la vesícula. Algunos pólipos también pueden estar causados por inflamación. Los pólipos que miden más de 1cm a menudo justifican la extirpación de la vesícula porque tienden a ser cancerosos. Todo pólipo menor a 1cm debe realizarse control ecografico cada 3 meses y si existe aumento del tamaño mínimo realizar extirpación quirúrgica inmediatamente.
Colangitis esclerosante.
Colecistitis crónica.
Quiste del colédoco.
Edad. La mayoría de los pacientes con diagnóstico de cáncer de vesícula tienen más de 70 años.Sexo. Las mujeres son dos a seis veces más propensas a desarrollar cáncer de vesícula que los hombres.Etnia. Los americanos de origen mexicano o de América Latina e indio, sobre todo del sudoeste de los Estados Unidos, son más propensos a desarrollar cáncer de vesícula que la población en general.Tabaquismo. El uso de tabaco puede aumentar el riesgo de cáncer de vesícula.Antecedentes familiares. Los antecedentes de cáncer de vesícula en la familia de una persona aumentan levemente el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
TIPOS DE TUMORES DE LA VESICULA BILIAR:
Anatomía patológica
Tipos macroscópicos / histopatológicos
El cáncer de vesícula tiene su origen en el epitelio cilíndrico de la mucosa, dando paso, en primer lugar, a un cáncer "in situ". Microscópicamente se pueden diferenciar dos tipos perfectamente establecidos:
El tipo infiltrante, el más frecuente, que se presenta como un engrosamiento difuso de la pared vesicular.
El tipo polipoide, que crece hacia la luz vesicular y no produce síntomas durante mucho tiempo.
Microscópicamente.
Adenocarcinomas. Es el 85 -90% de los casos
El carcinoma de células escamosas (3-4%) y células pequeñas o en avena.
El adenoacantoma (2%).
El carcinoma anaplásico (4-5%).
El sarcoma (0,5%).
Y el linfoma.
Se han descrito de forma esporádica otros como melanoma, paraganglioma, etc.
Otra literatura menciona que los tipos histológicos más frecuentes son el adenocarcinoma tubular, el papilar y los mucinosos. Menos frecuentes son el adenoacantoma y los espinocelulares.
Vías de extensión tumoral
La diseminación puede ser por vecindad, linfática, hematógena o celómica. En general la diseminación linfática se produce siguiendo los linfáticos en relación al cístico, porta y pancreatoduodenales y a lo largo de la arteria hepática hasta los ganglios paraaórticos.
La diseminación hematógena más frecuente se produce a hígado y luego pulmón, ósea, suprarrenales, piel, etc
Los tumores papilares crecen de preferencia en forma intraluminal, superficial y se diseminen por vía intraluminal
Linfática. La afectación linfática suele ser temprana y puede afectar tanto a los linfáticos vesiculares superiores que se dirigen al hígado (pueden dar metástasis hepáticas), como los que conducen la linfa al ganglio cístico con posterior afectación de los linfáticos pericoledocianos, peripancreáticos, etc. Esta afinidad linfática y la riqueza linfoganglionar de la región, explican el elevado porcentaje de pacientes que presentan metástasis ganglionares en el momento del diagnóstico (>75-80%).
Vascular. El drenaje venoso de la vesícula se dirige al lóbulo cuadrado mediante venas directas y al lóbulo derecho del hígado. Existen algunas conexiones venosas con las venas paravertebrales que explican las metástasis a distancia.
Intraductal. La extensión por esta vía está demostrada y explicaría la recidiva precoz en pacientes a los que teóricamente se les ha extirpado el tumor.
Continuidad. El tumor crece en profundidad invadiendo toda la pared vesicular y, a través de ella, el lecho hepático sobre el que asienta. En otras ocasiones, invade órganos de vecindad como el duodeno, colon, vía biliar, etc.
La afectación del tumor es: En el fundus 60 %, cuerpo 30%, cuello 10 %.
MANIFESTACIONES CLINICAS:
Una observación del Dr. Moreno en la clase, mencionaba que en un 35% de los pacientes acudían a consulta por fiebre intermitente, y HDA (Hemorragia digestiva alta); El 45% acudían a consulta por sintomatología de una colelitiasis crónica, el 15 – 16% compatible con una colecistitis aguda siempre y cuando el tumor sea localizado.
Ahora los tumores de la vesícula biliar pueden permanecer asintomáticos y presentarse habitualmente con los síntomas de un cálculo biliar. Cuando posteriormente aparece la etapa de diseminación, los signos clínicos suelen ser tardíos. En un primer momento, pueden presentarse como un cólico hepático (dolor localizado en H.D. y/o epigastrio con irradiación dorsal), que cede con tratamiento médico y se atribuye a la presencia de colelitiasis. En otras ocasiones, el tumor ocluye el cístico produciendo una colecistitis aguda. Otras veces ocluye el coledoco y simula una coledocolitiasis.
Otras veces, ya se presenta directamente como enfermedad avanzada: presencia de hepatomegalia, tumoración palpable, dolor persistente, fiebre, prurito, etc., o síntomas de complicación tumoral como ascitis, perforación, fistulización o hemorragia.
Por lo tanto, el análisis de los síntomas tiene un valor limitado como medio de detección de un cáncer de vesícula y sólo tienen sentido si se relacionan con datos quirúrgicos y anatomopatológicos
Existe pues:
Dolor en cuadrante superior derecho 60 – 95% de los casos y epigastrio irradiado a región dorsal.
Ictericia 20 – 50% de los casos.
Presencia de una masa abdominal o protuberancias (Signo de Courvoisier)
Ligera hepatomegalia.
Vomito alimenticio y luego bilioso.
Perdida de peso.
Anorexia.
Hematemesis.
Prurito.
Mal vaciamiento gástrico por compromiso del tumor en el duodeno.
Adenopatías supraclaviculares.
TNM Y ESTADIOS:
Tumor primario (T)
Tx: El tumor primario no se puede investigar.
T0: No hay evidencias de tumor primario.
Tis: Carcinoma in situ.
T1: El tumor invade la lámina propia o la muscular.
T1a: El tumor invade la lámina propia.
T1b: El tumor invade la muscular.
T2: El tumor invade el tejido conectivo perimuscular y no se extiende más allá de la serosa o al hígado.
T3: El tumor perfora la serosa (peritoneo visceral) o invade directamente un órgano adyacente o ambos. La extensión de invasión hepática no supera los 2 cm.
T4: El tumor se extiende más de 2 cm en el hígado y/o en 2 o más órganos adyacentes (estómago, duodeno, colon, páncreas, omento, vía biliar extrahepática o hepática)
Compromiso linfático regional (N)
Nx: El estado nodal no se puede investigar.
N0: Sin metástasis linfática regional.
N1:Metástasis en ganglio cístico, pericoledocianos y/o hiliares (ligamento hepatoduodenal).
N2: Metástasis en ganglios peripancreáticos (sólo cabeza) periduodenales, periportales, celiaco y/o mesentéricos superiores.
Metástasis a distancia (M)
Mx: La presencia de metástasis no es evaluable.
M0: Sin metástasis a distancia.
M1: Con metástasis a distancia.

Tumor primario
Tis: carcinoma in situ
T1: invade mucosa y muscular
T1a: invade mucosa
T1b: invade muscular
T2: invade serosa (sin penetrarla)
T3: perfora serosa o invade un órgano adyacente (hígado menor a 2 cm)
T4: invade hígado mayor a 2cm, o más de un órgano adyacente
Ganglios linfáticos
N0: ausencia de metástasis ganglionares
N1 invasión de ganglio cístico, ganglios pericoledocianos o hiliares
N2:invasión de ganglios celíacos, periportales, periduodenales, peripancreáticos, lumboaórticos, mesentéricos
Metástasis a distancia
M0: sin invasión de órganos a distancia
M1: invasión de órganos a distancia (incluye metástasis hepáticas no por contigüidad)
CLASIFICACION DE ARROYO (Global cáncer Argentina).
Combinación de estadios del cáncer
Los médicos asignan el estadio del cáncer combinando las clasificaciones T, N y M.
Estadio 0: Describe el cáncer in situ (Tis, N0, M0).
Estadio IA: El tumor está sólo en la vesícula y no se ha diseminado (T1, N0, M0).
Estadio IB: El tumor se ha extendido al tejido conectivo perimuscular y no se ha diseminado (T2, N0, M0).
Estadio IIA: El tumor se ha extendido más allá de la vesícula pero no a las arterias o venas cercanas. No se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo (T3, N0, M0).
Estadio IIB: El tumor, de cualquier tamaño, no se ha diseminado a las arterias o venas cercanas. Se ha diseminado a los ganglios linfáticos pero no a otras partes del cuerpo (T1, T2, T3, N1, M0).
Estadio III: El cáncer se ha diseminado a las arterias, venas o ganglios linfáticos cercanos, pero no a otras partes del cuerpo (T4, cualquier N, M0).
Estadio IV: Describe cualquier tumor que se ha diseminado a otras partes del cuerpo (cualquier T, cualquier N, M1).
Estadio 0:
Tis N0 M0
Estadio I:
T1 N0 M0
Estadio II:
T2 N0 M0
Estadio III:
T1 N1 M0
T2 N1 M0
T3 N0 M0
T3 N1 M0
Estadio IVA:
T4 N0 M0
T4 N1 M0
Estadio IVB:
Cualquier T N2 M0
Cualquier T Cualquier N M1

Clasificación de Nevin: El doctor Moreno menciono en clase esta clasificación:


Estadio I: tumor intramucoso
Estadio II: tumor invade submucosa y capa muscular.
Estadio III: tumor invade hasta serosa sin afectarla.
Estadio IV: tumor invade serosa y ganglio cístico.
Estadio V: tumor invade hígado y estructuras vecinas o presencia metástasis.

METODOS DE DIAGNOSTICO:
Pruebas de laboratorio. El médico puede extraer muestras de sangre para controlar los niveles anormales de bilirrubina y otras sustancias. La bilirrubina es una sustancia química que puede alcanzar niveles altos en las personas con cáncer de vesícula debido a la obstrucción del conducto colédoco por un tumor. También esta aumentada la fosfatasa alcalina. Las transaminasas están levemente disminuidas, la GTP elevada, y los marcadores tumorales como el CA 19-9.
Estudio por tomografía computarizada (TC o CAT, por su sigla en inglés). Éste es un tipo especial de rayos x que utiliza una computadora para captar una vista de corte transversal del interior del cuerpo.
Imágenes de resonancia magnética (MRI). Este estudio utiliza campos magnéticos para producir imágenes internas del cuerpo y puede utilizarse para saber si el cáncer se ha diseminado fuera de la vesícula.
Ultrasonido. El ultrasonido utiliza ondas de sonido para crear una imagen de la vesícula y otros órganos. Los tumores generan ecos diferentes que las ondas de sonido sobre el tejido normal, de manera que cuando las ondas rebotan en la computadora y se transforman en imágenes, el médico puede localizar masas dentro del cuerpo. Se puede observar el engrosamiento de la pared de la vesícula, los pólipos y quistes dentro de la vesícula biliar. En las fases avanzadas, la eco-grafía puede tener una fiabilidad de más del 80% en presencia de una vesícula de paredes irregulares y de dilatación de las vías intrahepáticas y del hepático común. La ultrasonografía endoscópica (USE) permite establecer el diagnóstico del carcinoma vesicular con una fiabilidad superior al 85% y mayor aún si se asocia punción aspirativa guiada por USE para estudio citológico.
Colangiopancreatografía endoscópica retrógrada (ERCP, por su sigla en inglés). En este procedimiento se inserta un endoscopio (un tubo delgado e iluminado) en el intestino delgado a través de la boca y el estómago. Se pasa un tubo pequeño o catéter a través del endoscopio y hasta el interior de los conductos biliares. Se inyecta una tinción en los conductos y el médico luego toma radiografías que pueden mostrar si hay presencia de tumor en el área alrededor de los conductos biliares. A veces, el procedimiento puede ser útil para detectar un tumor que se origina en la vesícula. Se puede colocar una endoprótesis o "stent" de plástico o metal en el conducto colédoco obstruido durante la ERCP para aliviar la ictericia que hubiera. Este procedimiento debe ser realizado por un gastroenterólogo o cirujano con experiencia. Durante este procedimiento se administra al paciente un sedante suave. Este procedimiento se aplica mucho más en el cáncer de los conductos biliares que en el cáncer de vesícula, pero también puede utilizarse si el cáncer de vesícula se ha diseminado y produce una obstrucción de los conductos biliares.
Colangiografía. En este procedimiento, se inserta una aguja delgada a través de la piel y hasta el interior del área de la vesícula. Se inyecta un medio de contraste a través de la aguja de manera que en las radiografías aparecerá una imagen de alto contraste. Al observar las radiografías, el médico estará en condiciones de saber si hay un tumor en la vesícula. La colangiografía, más comúnmente, muestra una imagen de los conductos biliares y tal vez no muestre nunca el tumor en la vesícula. Sin embargo, es excelente para detectar el sitio de obstrucción del conducto colédoco.
Rayos X. Se toma una placa de las áreas en el interior del cuerpo para que el médico pueda identificar la presencia de un tumor. A veces se pide al paciente que ingiera bario, que recubre el sistema digestivo, para mejorar la imagen de las radiografías (se llama ingestión de bario).
Laparoscopia. La laparoscopia utiliza un tubo delgado iluminado para observar la vesícula y otros órganos internos. El tubo se inserta a través de una pequeña incisión en el abdomen.
Biopsia. La biopsia extrae una pequeña cantidad de tejido para su examen con microscopio. Otras pruebas pueden sugerir que hay presencia de cáncer, pero sólo la biopsia puede formular un diagnóstico definitivo. La biopsia puede hacerse durante una laparoscopia, por aspiración con aguja fina o utilizando una aguja gruesa (biopsia profunda).
TRATAMIENTO:
En general la resecabilidad de los pacientes con cáncer de vesícula es baja (15-20%) debido al diagnóstico tardío. Esto empeora notablemente el pronóstico general con sobrevidas que no superan el 5% a 5 años.
El tratamiento en los pacientes con cáncer de vesícula puede ser curativo en pacientes con tumores confinados a la pared de la vesícula, especialmente en aquellos con compromiso mucoso o de la muscular y en los cuales la resección es completa. También se pueden incluir los pacientes con compromiso del tejido conectivo perimuscular sin compromiso de la serosa. En estos pacientes, la radicalidad de la operación puede aumentar con la resección del lecho hepático y la disección ganglionar regional. Las sobrevidas a cinco años puede ascender a 30% para los grupos antes descritos y hasta 85% para los más superficiales. En estos últimos la simple colecistectomía se considera terapéutica y potencialmente curativa. En caso de encontrarse un tumor después de una colecistectomía laparoscópica, se recomienda la resección de los sitios de introducción de los trocares, debido a la frecuencia de implantes tumorales a este nivel.
El tratamiento con quimio y radioterapia neoadyuvante y adyuvante se encuentra en etapa de evaluación y por ahora debe ser usado en protocolos controlados, en espera de la definición de grupos de pacientes que se beneficien de estos tratamientos.
En aquellos pacientes que no pueden ser sometidos a la extirpación del tumor y que requieren de tratamiento paliativo por dolor, prurito o mal vaciamiento gástrico, éste debe ser enfrentado forma individual por un equipo multidisciplinario. El dolor puede tratarse en forma progresiva, con analgésicos habituales, opioides sintéticos, etc. En ocasiones la alcoholización del plexo celíaco por vía percutánea puede ser de utilidad. El prurito y la ictericia pueden tratarse mediante el drenaje de la vía biliar, sea quirúrgico (en casos altamente seleccionados), endoscópico retrógrado o percutáneo. La obstrucción duodenal puede requerir en ocasiones de una laparotomía más gastroenteroanastomosis para permitir la alimentación oral, siempre y cuando las condiciones del paciente y su sobrevida proyectada lo permitan.
CIRUGIA.
La supervivencia promedio (media) de los pacientes que tienen cáncer de la vesícula biliar no resecable en etapa III es sólo de 6 meses luego del diagnóstico; y para los pacientes con cáncer de vesícula biliar no resecable en etapa IV, la supervivencia promedio es de sólo 1 a 3 meses.
Colecistectomía. También denominado colecistectomía simple pero abierta no laparoscopica, este procedimiento implica la extirpación de la vesícula. La colecistectomía ampliada consiste en la extirpación de la vesícula, 1 pulgada o más de tejido hepático que se encuentra al lado de la vesícula y todos los ganglios linfáticos de la región.
Extirpación extendida de la vesícula: Esta operación incluye:
Extirpación de la vesícula biliar
Extirpación de aproximadamente una pulgada o más del tejido del hígado contiguo a la vesícula biliar
Extirpación de todos los ganglios linfáticos en la región.
Extirpación radical de la vesícula. Este procedimiento implica la extirpación de la vesícula, una sección con forma de cuña del hígado cerca de la vesícula, el conducto colédoco, parte o todos los ligamentos entre el hígado y los intestinos y los ganglios linfáticos alrededor del páncreas, y los vasos sanguíneos cercanos. Entonces este tratamiento consiste en:
Extirpación de la vesícula biliar
Extirpación de una sección del hígado, en forma de cuña, cercana a la vesícula biliar
Extirpación del conducto biliar común
Extirpación de parte o de todo el ligamento entre el hígado e intestinos
extirpación de ganglios linfáticos alrededor del páncreas, alrededor de la vena que lleva la sangre al hígado desde el estómago y los intestinos, y alrededor de la arteria que lleva la sangre a casi todo el intestino delgado y el páncreas.
Si se sospecha que se ha propagado el cáncer más allá de los ganglios linfáticos en el área, la operación también puede incluir, según se necesite:
Extirpación del páncreas
Extirpación del duodeno (la primera parte del intestino delgado donde descarga el conducto biliar
Extirpación de otra porción del hígado
Extirpación de cualquier área adicional de los órganos a los que se haya propagado el cáncer
Cirugía paliativa. En ocasiones, la cirugía puede ser útil para aliviar los síntomas causados por el cáncer de vesícula aunque no se pueda extirpar el tumor. Por ejemplo, la cirugía puede aliviar la obstrucción de los conductos biliares o intestinos. Para aliviar la ictericia se coloca por via endoscopica o abierta mejor una prótesis biliar de silastic, y para aliviar el dolor de forma permanente sin inyectar alcohol al plexo celiaco se ha llegado hasta la resección del mismo.
Desafortunadamente, la extirpación de todo el cáncer visible sólo es posible en alrededor del 25% de los casos de cáncer de la vesícula biliar. La razón es que el cáncer de la vesícula biliar en sus comienzos casi nunca causa síntomas, y por eso, no suele descubrirse sino hasta tarde en el transcurso de la enfermedad, cuando ya se ha propagado a otras áreas, y a veces es necesario incluir:
Gastroyeyunostomía: El estómago se conecta directamente al intestino delgado una vez se extirpan la vesícula biliar y los conductos.
Resección hepática segmentaria: Es una operación para extirpar un segmento de tejido del hígado. Puede hacerse si el cáncer ha invadido el hígado.
Lobectomía hepática: La extirpación de un lóbulo entero del hígado se conoce como lobectomía hepática.
Hepatopancreatoduodenectomía: La extirpación de tejido del hígado puede combinarse en algunos casos con la extirpación del páncreas y una porción del intestino delgado. Esa operación se conoce como hepatopancreatoduodenectomía.
Pancreatoduodeneoctomía: En este procedimiento, se extirpa el páncreas y la parte superior del intestino delgado, que se conoce como el duodeno.
Quimioterapia La quimioterapia es el uso de medicamentos para matar las células cancerosas. La quimioterapia puede administrarse antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, o después de la cirugía para destruir las células cancerosas que queden. También se puede combinar con radioterapia. Los agentes quimioterapéuticos pueden administrarse por vía oral o inyecciones. Debido a que la quimioterapia daña las células sanas y también las cancerosas, puede causar efectos secundarios. Estos pueden incluir pérdida del cabello, vómitos, náuseas, diarrea, fatiga, infección, sangrado y llagas en la boca. Los efectos secundarios habitualmente desaparecen cuando finaliza la quimioterapia.
RadioterapiaEn la radioterapia se dirigen rayos x con alta potencia al sitio del tumor para matar las células cancerosas. Las personas con cáncer de vesícula generalmente reciben radiación de rayos externos desde una máquina fuera del cuerpo cuando el médico la prescribe. La radioterapia puede utilizarse antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor o después de la cirugía para destruir las células cancerosas que queden. Los efectos secundarios de la radioterapia incluyen problemas de piel leves, náuseas, vómitos, diarrea, fatiga y daño en las estructuras adyacentes como el hígado o los intestinos. Estos efectos secundarios habitualmente desaparecen al cabo de unas semanas de finalizar el tratamiento.Después del tratamiento
Es necesario realizar controles con regularidad después del tratamiento del cáncer de vesícula para detectar la recurrencia o diseminación del cáncer. Además del examen físico, se pueden realizar otros estudios como análisis de sangre y estudios por imágenes (por ejemplo, estudio por TC).

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1 comentario:

  1. Por favor no te olvides de hacerme llegar tus consultas, en un plazo de 24h seran respondidas

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